Hoy le escribo a nuestra historia, porque así lo merita, porque fue tan especial que aún no pude darle un final y hasta dudo que consiga hacerlo en algún momento. Por lo menos no ahora, ni por mucho tiempo.
Espero que seas consciente de que te recuerdo cada día de mi vida, que pienso en vos a cada segundo, que extraño tu mirada, tus manos, tu espíritu tan único que confío que algún día aprenderá a volar y llegará alto. Lo sueño por vos, aunque hubiera sido feliz soñándolo a tu lado. Hecho de menos esa sonrísa pícara que ponías de vez en cuando y tantas pequeñas cosas que conocía de tu persona, tus gestos, tu manera de dormir, tus mensajes de texto cuando estabas borracho, las llamadas por teléfono en que me decías algo tierno y me cortabas. Me hacen falta tus abrazos, tu cuerpo junto al mío al dormir, tu risa, tus consejos y tus ironías.
Nunca pensé que iba a conocer a alguien como vos. Fuiste tan trágicamente maravilloso, tan príncipe y a la vez tan real. Alguien que no se encuentra todos los días uno por ahí; alguien que llega y, de a poco, te cambia la vida. Algo que los demás no entienden, que no logran comprender, porque para ello es necesario apreciar la esencia de tu alma, una bendición de la que fuí partícipe, un regalo del cual estaré eternamente agradecida.
Me salvaste; vos y tu filosofía de vida. Me hiciste crecer, me hiciste entender tantas cosas, me diste felicidad. Ya no soy la misma; ahora comprendo que entregar el corazón es la mejor manera de amar, darlo todo, sin medidas. Ahora comprendo que soy tuya. En realidad no sé si creo en la frase "nací para vos" pero creo en que me moldeé para tu ser, para tus días, tardes y noches, para tu corazón. Pero algo salió mal y nuestros cuerpos se encuentran distantes como nunca antes. Así que me dijiste que dejara de esperarte..
Y ahora es el deber de tu princesa tibia el dejarte ir, el no esperar minuto a minuto el milagro de tu regreso, el de soltarme de los brazos de tu recuerdo. Creo que necesito tanto de tu vida que, ahora que está lejos, alimento mi amor de la memoria de nuestros momentos juntos. Pero debo dejar de hacerlo, debo soltarte. ¿Como despedirme de todo lo que significas? Es como renunciar al aire que respiro, a la sangre que corre dentro de mí. No quiero intentarlo, así como no quiero finalizar mis escritos, porque son lo que mantienen vivos estos sueños, incluso los que aún no nacieron.
No encuentro la forma, y mientras más lo pienso, lo único que sale de mi pensamiento es la frase que tanto me gustaría decirte mirándote a la cara, "te amo"..
No hay comentarios:
Publicar un comentario